Todos los organismos públicos a través de distintas, aunque muy parecidas, estrategias, desde la Estrategia Territorial Europea (1*) hasta la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana (2*), defienden una ordenación del territorio sostenible, sustentado por una red de infraestructuras eficientes, generadoras de riqueza y competitividad, conformadas por unidades regionales, ciudades policéntricas, equilibradas y accesibles. Las estrategias son magníficas. En el papel sorprende su eficacia comunicativa. En la realidad, sorprende su cosificación (permitidme la licencia poética).
Ante tanto documento estratégico, libros blancos, verdes y marrones, me surgen un montón de dudas.
Según la ONU el 60% de la población mundial vivirá en las ciudades en el año 2030, así que todos los estudios se centran en planificar esas ciudades para acoger toda esa población. El territorio se lee como soporte: ha de suministrar la energía, absorber sus desechos, aportar las necesidades básicas.
Y tenemos la Red Natura y el cambio climático. Aquí también encontramos mucha bibliografía y buenas intenciones. Conectividad, adaptación, flexibilidad, agua, biodiversidad, emisiones, absorciones, energías renovables, etc.
Y yo me pregunto cómo podemos ser flexibles, si prima el paso de una línea de alta tensión por encima de cualquier cosa. Cómo podemos garantizar la conectividad de las especies si prima el hombre sobre todas las demás (animales y vegetales). Cómo podemos paralizar la construcción de una nueva carretera si los intereses económicos que la sustentan priman por encima de la población que la va a soportar o sobre los terrenos independientemente de su valor en nombre del bien común que instancias superiores diagnostican sin temor a equivocarse. ¿En base a qué premisas se le atribuye sentido estructurante a un elemento y no a otro?.
A mi entender, el territorio se estudia a una escala inapropiada.
Puede que tengamos que revisar los conceptos del territorio existente y parafraseando a Manuel de Solà Morales i Rubió volver a un territorio de las cosas (1*) donde tengan cabida los muros de piedra, las acequias, los barrancos, los bancales, y la infinidad de elementos que lo caracterizan. Y no sólo como elementos de paisaje, sino como soluciones a problemas territoriales a pequeña escala (y no siempre).
El territorio es un soporte multiescalar de trabajo y por lo tanto, la importancia de establecer protocolos de gestión que faciliten el trabajo a diversas escalas es fundamental. Y esto es fácil decirlo, pero si estudiamos los organigrama oficiales y toda la legislación, veremos lo rocambolesco de la situación.
Existen multitud de herramientas tecnológicas y sistemas de indicadores capaces de permitirnos trabajar a diferentes niveles que pueden no servir absolutamente de nada si no somos capaces de coordinar el trabajo entre la escala local y la regional, autonómica o estatal.
Para operar en el territorio desde lo local necesitamos que las estrategias funcionen como tales y sean más flexibles. Europa redacta una estrategia y la Comunidad Valenciana hace lo propio adaptándose a la primera. Y digo yo, ¿cómo se puede calificar de estratégico un plan que nace cerrado a la posibilidad de revisión continua? Las comunidades locales tienen escaso poder decisión. Han de asumir todos los preceptos establecidos y, entre otras muchas cosas, luchar para ganar competitividad. Y ¿qué pasa cuándo una comunidad local no quiere ser competitiva sino solamente autoabastecerse? ¿qué pasa con la autogestión que proclaman tantos grupos a lo largo y ancho de todo el planeta? (Cuestiones estas que sirvan únicamente como ejemplo).
Nos encontramos en la misma situación que los higienistas a principios del siglo pasado cuando se dieron cuenta que las ciudades no podían seguir creciendo en las mismas condiciones. Sólo que ahora el problema se ha extendido extramuros.
Y estamos repitiendo el mismo error. En su momento se creyó que la simple canalización de los desechos urbanos mejoraría la calidad de vida de los urbanitas. Cosa que hizo, todo hay que decirlo, eso sí, a costa de trasladar el problema y esconderlo de las vistas. Se confió ciegamente en los técnicos y los estados se presentaron como el gran hermano salvador de todas las desgracias. Se abrieron grandes avenidas y se descongestionaron los centros en pos de la oxigenación urbana pero también de la consagración de grandes nombres. Ahora a estas políticas se han añadido nuevas: primero la rehabilitación de los centros, después la rehabilitación de la periferia y puede que haya llegado el momento de aplicar las tres erres al territorio: reducir el impacto sobre él, reutilizarlo y reciclarlo. Y asumir que no son sólo nuestras necesidades (las humanas) las que hay que resolver. Porque sin el resto de las especies, estamos muertos.
(1*) ESTRATEGIA TERRITORIAL EUROPEA “Hacia un desarrollo equilibrado y sostenible del territorio de la UE”
(2*)
(1*)Ponencia magistral “Por un urbanismo de las cosas” Manuel de Solà Morales i Rubió. LA CIUDAD EXISTENTE: DIAGNOSTICO, RETOS Y OPORTUNIDADES. Tercera edición abierta FORO PARA LA EDIFICACIÓN SOSTENIBLE, COMUNIDAD VALENCIANA.
Neorruralistas acusados de terrorismo en Francia
http://www.publico.es/internacional/253699/los-neorruralistas-asustan-a-sarkozy